APORTANDO VALOR A NUESTROS CLIENTES Y AL CONSUMIDOR FINAL

La actividad industrial de LLAZA se fundamenta y se desarrolla en función de su capacidad de aportar valor añadido. Valor añadido para sus clientes y valor añadido para el consumidor final.

Para materializar realmente este concepto de valor en todos los productos que Llaza comercializa, la compañía planifica y desarrolla una serie de fases a lo largo de su proceso de transformación industrial. Con ello, LLAZA optimiza sus procesos de producción y garantiza al cliente la competitividad de los productos más innovadores en el mercado de la protección solar. Una aportación que requiere del máximo criterio y rigor profesional en las tres áreas que configuran el auténtico concepto de valor de LLAZA:

1- Diseño e I+D+i

La Oficina Técnica constituye la 1a fase en la creación de valor de LLAZA. Su función esencial es la creación y el diseño de nuevos productos, así como la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) en el sector de la protección solar.

2- Calidad

En LLAZA la calidad es un elemento inherente a nuestra cultura de empresa que a nivel de industrialización se convierte en un gran elemento generador de valor, con procedimientos normalizados y homologados durante todo el proceso: ISO 9001, en diseño y fabricación. 

3- Ingenieriía

Garantizar el proceso de fabricación en todas sus fases es fundamental para LLAZA. Hasta el punto de ayudar a desarrollar e implantar bienes de equipo propios y específicos para nuestra actividad industrial.

La garantía de proceso en una industria como LLAZA la proporciona su ingeniería y las diversas herramientas que para ello tiene a su alcance:

  • Control de calidad
  • Laboratorio de pruebas
  • Trazabilidad mediante proceso informatizado por sistema numérico y código de barras
  • La ingeniería, como garantía de proceso, se convierte pues en un poderoso instrumento que genera valor para los clientes de Llaza.